miércoles, 20 de agosto de 2014

Alcohol y diversión

De nuevo por aquí para daros el coñazo con algunas reflexiones.

Sea por los cambios que estoy viviendo y estoy dando, sea porque puede que me esté haciendo vieja, últimamente cada vez le menos gracia alguna de las conductas que veo por las noches o me cuentan de día, sobre las noches y las fiestas que conocidos o no se pegan, esté yo en dicha fiesta o no.

Algunas veces te ríes y otras te planteas si mandar a freír espárragos a ese graciosete que se ha pasado con la cerveza. Hay fiestas en las que te lo pasas bien después de haberte bebido ni se sabe las cervezas. Pero, ¿realmente te lo pasas tan bien?

Personalmente últimamente mis experiencias no son favorables en este caso, hace poco descubrí que el ron de los mojitos que tanto me encantan en nuestro bar habitual me sientan mal. Y acabo por devolver un par de horas después. Y no hablamos de 5 mojitos, hablamos de uno o, como mucho, dos muy espaciados en el tiempo las últimas veces. Entonces siempre aparecen los colegas a preguntar "¿Tan mal vas que ya has potado? Qué floja... " y similares. VALE, PARA EL CARRO. Señor, me ha sentado mal una bebida alcohólica, que haya bebido alcohol y haya vomitado no implica que esté borracha y para acabar... ¿Cómo que "ya"? ¿Es que no puedo beberme dos cervezas mientras charlo sin beberlas cómo agua? ¿En qué momento ha sido mi objetivo?  Yo he salido de fiesta a tomarme unas cañas luego un agua propiamente dicha o un Aquarius y ya veremos si seguimos o no. Disfrutar de lo que bebes sin importar lo que sea y cómo quieras hacerlo y esas cosas. Beber por gusto, sin el objetivo de coger el punto y, de hecho, no queriendo hacerlo.

Esto es algo que se ha venido repitiendo unas tres veces, hasta que decidí que cuando saliera bebería sólo cerveza y, algún chupito ocasional, pero nada más. Tras varias noches de fiesta con amigos en el susodicho bar charlando y bebiendo a un ritmo mucho más bajo y mucho más light y me lo he pasado genial. Sinceramente, lo que tuviera en sangre no ha afectado mucho (dos pintas en cerca de 4 horas). Me he dado cuenta de lo susceptible que soy yo (y mucha gente, conocida o no) cuando "han cogido el punto". De cómo nos altera y no deja lugar a explicaciones o a paciencia. He visto cómo las personas se hacen cargantes y cómo dejan de ser conscientes y de aceptar el estado en el que se encuentran y, lo que es peor, enfadarse cuando se les hace una observación. La susceptibilidad es terrible, cualquier comentario tomado a malas o a broma acaban en discusiones y disgustos. ¿De verdad la gente disfruta "cogiendo el punto"? Al día siguiente de la cogorza, puesto que normalmente se sigue bebiendo, digamos que uno no se encuentra muy bien y, para colmo, carga con las discusiones y repercusiones de la noche anterior y la cartera bastante más vacía.

Otros motivos por los que la gente coge el contento, a parte del general "me lo paso bien", es el efecto desinhibidor del alcohol. "Así soy más lanzado". YA... hay veces que se llega un punto en el que se es demasiado lanzado. El ejemplo más habitual que suelen dar últimamente es el famoso "balconing", gente ebria que se dedica a saltar desde balcones a piscinas o a pasar de un balcón a otro. Algo que sobrios, seguramente no harían. Pero poniendo un ejemplo más personal, ¿qué os parece el caso de un colega totalmente cauteloso con el tema de conducir? Siempre prefiriendo dejarse aparcada la moto dónde fuera con tal de no conducir con una gota de alcohol en sangre, hasta que un día bebe hasta estar borracho perdido y horas después de decir que no cogía la moto ni loco, se pelea con los colegas, el camarero y un par de habituales más para que le devuelvan las llaves y tiene un accidente él sólo. Por suerte la historia acaba bien, a pesar de varias fracturas y algún dedo seccionado, podría haber sido mucho peor, nefasto. En cualquier caso, muchos colegas se preguntaron qué narices pasó por su cabeza para coger la moto, cuando él tenía tolerancia 0 respecto a ese tema concreto. La respuesta era fácil: alcohol y su efecto desinhibidor, ese "soy más lanzado" cuando ya has pasado la barrera de la razón y lo único que gobierna son las necesidades primarias: llegar pronto a casa, dormir y no tener que bajar a por la moto mañana.

Supongo que todos esos factores antes escritos me han ido influyendo, haciendo ya tiempo que ponía empeño en no pasarme y muchas veces no me apetecía mucho más que una cerveza o un mojito y ya está. De alguna forma mi organismo también colabora con ello al no aceptar el ron. Ya no es el típico argumento de "no necesito beber para pasármelo bien", es un: me siento mejor tanto conmigo misma, como físicamente a la mañana siguiente, veo que mi comportamiento y el de los demás, sale ganando sin alcohol y por último, ahorras mucho (cosa importante por estos tiempos).

En conclusión, poco a poco me voy haciendo abstemia y la verdad es que me siento de fábula con ello.

Be HaPpy PeoPle~

1 comentario: