domingo, 27 de noviembre de 2011

Feliz cumpleaños, família.

Hay muchas maneras distintas de celebrar del cumpleaños. En mi opinión nadie debería quejarse de ello si al menos, alguien se acuerda de ello. Es una fecha en la que, aunque pretendamos que sea otro día como cualquier otro, nadie, en realidad, deja de esperar algo de los demás.
Hay muchas veces que esto llega a tal extremo que cada cumpleaños se convierte en una desilusión. En realidad no importa. El hecho de que cada vez tenga menos importancia, que menos gente pueda asistir o que tú mismo tengas que elegirte los regalos en lugar de ser sorprendido, no es más que la evidencia de que, con cada año somos más mayores. Si nos decepcionáramos por todo eso, significaría que no somos menos niños. Y creo que se puede y se debe ser niño de otras formas.

Hay gente a la que le gusta salir de fiesta a lo grande, cenar bien, tomarse un par de copas, puede que pillarse un buen pedo, como absurdo rito de celebración. A mi me ha gustado mi cumpleaños: mis familiares me han dado dinero para que ahorre (que es lo que quería), mis padres me han regalado cosas que necesitaba y las personas más cercanas, han acertado con los detalles y con la compañía. Ha sido un fin de semana casero y entrañable. No creo que deba pedir, exigir o esperar nada más.

La única queja que tengo por el momento es que tendré que pararme a pensar de nuevo qué número he de decir cada vez que me pregunten por mi edad. ¡Ya me había acostumbrado a los 20!