lunes, 26 de enero de 2015

Mi inicio cómo autónoma

Os doy los buenos días, ya que, aunque deberían ser tardes, estoy bastante somnolienta aun.
Escribo este post bien para desahogarme, bien para que la gente que, como yo, empieza, no se desanime o sepa que de todo nos pasa a todos.

Acabé la carrera allá por diciembre de 2012 con ganas de comerme el mundo, hacía mis trabajillos a domicilio para allegados y conocidos para no perder práctica y me organicé rutas de clínicas y residencias que pudieran tener vacantes para dejar mi currículum.  Avisé relativamente pronto a mi tutora de prácticas de empresa de que había acabado y me ofrecí a ayudarla de forma desinteresada, además de colegiarme y apuntarme al paro y empezar a mirar otras opciones como darme de alta como autónoma. Nunca había trabajado antes,  así que para sacarme un dinerillo eché también currículum en tiendas y cafeterías. Fue una temporada de correr calles arreglada, repartiendo papeles o cargada con ellos para hacer trámites.

Poco a poco me fui desmotivando, nadie me llamaba de las ofertas de trabajo, los sitios dónde dejaba currículum me miraban con pena, resignación e, incluso una vez, se rieron delante de mi y lo tiraron a la basura antes de salir por la puerta. Para colmo, aunque mi tutora estaba de acuerdo con que le ayudara en su consulta, su jefa, no. Y tras investigar alguna forma de realizar las prácticas, al haber terminado la carrera el observatorio ocupacional no me permitía esa opción,  por lo que las prácticas quedaron también descartadas. Ese día recuerdo haber pensado "No nos quieren ni trabajando gratis" (a los jóvenes).
Después de una primavera de no parar con recados y compromisos sociales, puesto que el desempleo parecía la escusa perfecta para que no pudiera poner objeciones a quedar o hacer lo que la gente me pidiera, llegó mi primera entrevista.
Ni más ni menos que a 8 horas en tren de mi casa. Mi madre insistió en acompañarme, cosa que hizo el viaje si no más ligero, al menos, menos tedioso. Tras una buena entrevista, cuya única pega fue que era hija única y el apego y la primera vez fuera de casa pudiera ser causa de una bajada de mi rendimiento, me pasé mes y medio esperando, hasta que presenté currículum para una vacante de un chico que se fue a trabajar a aquella provincia lejana. Otro chasco.
Mientras esperaba a esta oferta me llamaron para repetir en el servicio de playas accesibles, a cuya oferta seguía esperando respuesta. Al final ni trabajo de verano. Así que fui de monitora al campamento de siempre de forma altruista y reviví un poco.

Me apunté a un curso a distancia de lo mío y, al final, me matriculé al curso de adaptación a grado de mi universidad, que me sirvió para repasar temario, aprender a usar tecnología novedosa (tampoco mucho), repetir 180 horas de prácticas que ya hice en la carrera (al menos era como si hubiera hecho las prácticas de empresa como quise hacer apenas unos meses antes), y aproveché para probar eso de ser ayudante de profesor por circunstancias de logística en una de las prácticas (y me gustó).

Ya acabando este curso, me salieron varias ofertas de trabajo: una entrevista en Valencia, para los que hice media jornada de prueba, una baja maternal en una consulta en mi ciudad natal junto a pasar consulta en un pueblo cercano una vez a la semana y cubrir días sueltos durante un año y ayudar a pasar consulta en una residencia de ancianos para la clínica de un profesor, De todo esto, sólo quedaron la baja maternal y la clínica del profesor, una a comisión y la otra con prestación de servicios fijos al mes. Me di de alta de autónoma, contraté a un asesor fiscal para arreglarlo todo y empecé a trabajar.

Ahora mismo, he pasado por mi primer cierre del año fiscal, con mi profesor no he tenido mucho trabajo, ha sido más que nada lo de la residencia. Lo de la baja maternal, sí que me ha dado más trabajo y en la asesoría me la liaron con el cierre del año, pero eso no viene al caso.
Por el momento estoy acabando la baja maternal, sigo con mi profesor, sin demasiado trabajo por esa parte y con mis propios pacientes de domicilios, que, de momento, se mantienen y van en aumento. Además, he empezado en otra clínica, también en mi ciudad natal, dónde parece que la cosa se está espabilando un poco. De momento, estoy buscando nuevas formas de publicitarme y estimular que los pacientes acudan a las consultas en las que, de momento, estoy.

Con todo esto sólo vengo a decir, que me ha costado llegar dónde estoy, que ha habido semanas, incluso meses, duros en los que salir de la cama era un reto, por desánimo, por frustración. Por ver que los años de estudio no servían de nada, que en ningún trabajo, por sencillo que fuera me querían, pero he intentado aprovechar las oportunidades que me han surgido hasta ahora lo mejor que he podido, siendo desplazándome en tren a otras provincias, invirtiendo mi tiempo y mi dinero en mejorar mi servicio, e, incluso, en conseguir trabajo o continuar con mi formación, a pesar del aumento de las tasas. Con todo, ahora cotizo y mi minúscula empresa (yo), sigue adelante, hasta que sea posible.

El día a día es duro, pero depende de cada uno, cómo lo quiere afrontar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario