jueves, 27 de marzo de 2014

2 Broke Girls

Sigo con otra serie, por ir alternando.

Max y Caroline son dos camareras de un restaurante en Williamsburg, Brooklyn, NY, que se conocen cuando Caroline aparece como la nueva camarera sin tener ni idea trabajar como camarera y acaba siendo su compañera de piso. De una forma u otra Caroline acaba viviendo en casa de Max y deciden empezar a ahorrar para montar un negocio juntas, aunque de momento sólo son Dos chicas sin blanca viviendo juntas con tan sólo un proyecto en común.

Ahora que ya he hecho una sinopsis cortita (no quiero contar más, que ya he spoileado suficiente el piloto, que igualmente sigue mereciendo la pena sólo por el trolling de Max), escueta y un poco cursi, paso a presentar a los personajes.



Max Black
La protagonista con más carisma de la serie. Es pluriempleada, no tiene ni estudios, ni un duro y tras una infancia difícil que no duda en sacar a la luz tan a menudo cómo su habilidad para reírse de ella misma y los demás se lo permiten, vive como puede a caballo de trabajos de toda índole y otros pluses. Entre ellos está vender sus deliciosos cupcakes en el restaurante y sacar un dinerillo de su hobbie, que es lo que va haciendo avanzar la serie. Su afilada lengua y sentido del humor la convierten en el alma de la serie.


Caroline Channing
La otra protagonista. Una pija refinada arruinada, y avergonzada tanto por la fama adquirida con el escándalo financiero de su padre, como por el hecho de estar arruinada, muy habituada a un nivel de vida totalmente fuera de su alcance y sin ninguna clase de contacto con su vida anterior. Tiene muchos estudios, pero no sabe lo que es trabajar fuera de un despacho de alto standing hasta que aterriza en Williamsburg. Sus batacazos ablandan el corazón y su ignorancia respecto a la vida real le dan la oportunidad a Max del chiste basto y soez, nos hacen reír y a la vez nos ablandan, a Max y a la audiencia un poquito el corazón (pero no mucho).



Han Lee
Es el dueño del Williamsburg Dinner. Un coreano joven, tímido y ambicioso que pese a tener firme intención de imponerse como el jefe del local y molar mucho, casi siempre acaba huyendo avergonzado por los chistes soeces de Max.







Oleg
Es el cocinero del restaurante. Un ruso con un gusto peculiar por las camisetas de tirantes, chandals chillones, pelo en pecho y gran apetito, que no deja escapar oportunidad para seducir a las mujeres con los comentarios más promiscuos posibles.



Earl
Encargado de caja. Su puesto está al lado de la puerta y siempre tiene comentario para las mejores salidas y entradas en escena. Es el estereotipo de hombre de 70 años, negro, exdrogadicto, que se toma la vida con humor, brinda mucho y da su toque tierno y protector al local.





Sophie
(**SPOILER** llega a mitad de temporada, creo) Sophie es una mujer polaca que se acaba mudando al piso de arriba y acaba teniendo muy buena relación con las chicas. Tiene devoción por los cupcakes caseros de Max y por el buen vestir al estilo polaco, por supuesto. Nostálgica de su  país, ambiciosa, picarona, golosa, emocional y muy directa. Otro toque importante de carisma para la serie.




Hechas las presentaciones os cuento de qué va a serie. Mucha gente considera que es muy tonta y no le gusta, aunque el doblaje no juega en su favor, no voy a excusarla de ello, puesto que la gracia de la serie es ni más ni menos que el chiste fácil, basto e incluso malo que es contado en el momento justo riéndose de cualquier situación, cuánto más cruda, vergonzosa o cotidiana mejor. 
Si algo refleja realmente el alma de la serie, a pesar de ser normalmente independiente de la trama, son las introducciones de los capítulos. En ellas Max suele hacer gala de su lengua afilada para contestar a las malas formas o quejarse o reírse de modas sociales y tribus urbanas varias, sus víctimas favoritas: los hipsters. Todo esto pasa con tono desenfadado y haciendo los chistes que no nos atrevemos a hacer sobre sucesos cotidianos porque pensamos que pueden ser crueles, soeces o comprometidos de cualquier otra forma, de una forma u otra: fácil, rápido, basto, políticamente incorrecto y siempre capaz de arrancar una sonrisa en un mal día.

Y ahora el veredicto y por qué me gusta y no la defiendo frente a la gente que me dice "la he encontrado muy tonta".

  1. Tiene un ritmo rápido que, sumado al humor, te hace estar atento y activo.
  2. A pesar de que siempre hay una trama de fondo, muchas veces hay capítulos enteros dedicados a anécdotas improbables y acontecimientos independientes sin perder el hilo. Lo que engancha para siguientes capítulos.
  3. Dobles sentidos, chistes fáciles, expresiones políticamente incorrectas, burlas bastas todo en respuesta de las situaciones más corrientes y más improbables a la vez.
  4. La cantidad de referencias, chistes y gracias sobre series, películas, famosillos y modas varias.
  5. Gracias a los puntos anteriores siempre consigue arrancarme una sonrisa en un día duro.
"Una inyección de risas para sobrevivir a esas semanas de mucho trabajo y poco ánimo"

Y ahora que ya he puesto un veredicto al estilo de anuncio de cine, contraportada de libro y tapa trasera de DVD, me despido hasta la próxima entrada. 

Be HaPpy PeoPle~
               

lunes, 10 de marzo de 2014

Paula y la relatividad

De nuevo me vuelvo a dejar ver por aquí para volver un poco a lo inicios del blog. Debido a que comparto coche con mi madre y últimamente ella lo necesita más a menudo, estoy volviendo a coger el bus, el de siempre, con los mismos destinos, pero sin caras tan familiares como antes... es lo que tiene dejar de coger una línea todos los días y volver a cogerlo años después cuando, incluso los que bajaban en la facultad ya han acabado la carrera. Igualmente, siguen pasando las mismas cosas. Hoy os cuento mi encuentro con Paula.

Este jueves pasado después de una práctica que me dejó un poco alicaída de mal humor, subí al autobús sin muchas ganas. Sólo quedaba un asiento y la señora que acomodaba el cochecito de la que parecía su nieta lo más próximo posible al asiento en el que quería sentarse había reservado el penúltimo asiento libre y el primero que entraba por la vista. El último lo ocupó una chica que, después de pretender devolverle el bolso a la señora para sentarse ella en su lugar (como si no fuera evidente que lo había dejado allí a propósito) fue corriendo a coger antes de que a mi se me ocurriera acercarme. Como me daba igual y me apetecía estar en un sitio más despejado pasé el viaje junto a la puerta. En el carrito algún niño o niña lloriqueaba de vez en cuando y (imagino) su abuela se pasó meneando el carro a ratos cada vez que pasaba. Cuando ya nos aproximamos a paradas en las que empezaaba a bajar más gente me puse junto al carrito.

Una niña pequeña que apenas tendría un año y medio o así gimoteaba con las mejillas y la nariz mojada y cara de enfado contra la pared del cochecito hacia mi lado. Al ver movimiento, se giró y le sonreí. No quería mirarla insistentemente así que me distraje mirando por la ventana. Volví a mirarla y se había incorporado un poco y curioseaba mi mochila de búhos y mi chaqueta, de nuevo me distraje con la ventana y luego noté que me miraba ella a mi... Me miraba y le contesté con una sonrisa. Y de repente, la última reacción que esperaba, en lugar de sonreír o seguir a lo suyo, se tapó los ojos. Y, bueno, no los destapaba...

- Uy, se ha escondido... ¡ya no está! ¿Dónde está?

En respuesta se destapó los ojos y si había llorado lo único que le quedaban eran las dos manchas negras de las mejillas, sonreía.

- ¡Ay! ¡Ahí está!- la nena se tapó de nuevo los ojos - ¿dónde está? no la veo... ¿se habrá escondido?...

Miré a la abuela sonriendo y amablemente me susurró que se llamaba Paula, así que la estuve llamando, como si no la encontrara, pero seguía igual. Al final decidí cambiar el juego y le dije que si no salía ella, me escondía yo y me fui detrás del cochecito. Tardó si llega un segundo en destapar los ojos y buscarme, enseguida me asomé con un ¡¡BU!! y rompió en cacajadas.
Tras hablar con la abuela un poco de lo aburridos que son los viajes de bus para los niños y las horas que eran, llegué a la parada, nos despedimos las tres y la mujer me dio las gracias. Fue una chorrada como para describirlo con tanto detalle, lo sé. Pero igual como yo, Paula estaba de mal humor y no tenía ningunas ganas de subir en aquél autobús igual que yo, para mi fue un momento maravilloso en que las dos nos animamos mutuamente jugando, creo que ella con más iniciativa que yo. Fue el mejor momento de aquella tarde.

Después de aquello en ratos sueltos me he acordado de lo que le dije a su abuela "Si para nosotros es aburrido, para los niños ir en autobús es todavía más aburrido y siendo las horas que son, encima, cansada, es normal que esté así". La percepción del tiempo es muy relativo, relativo a si lo pasas bien, a si haces algo o no, y relativo al tiempo que has vivido.

¿A cuántos niños hemos visto nerviosos o cuántas veces nosotros mismos cuando éramos pequeños nos pasábamos el rato preguntando, cuánto faltaba para llegar, cuándo íbamos a hacer algo, si fulanito iba a tardar mucho? Los niños siempre son unos prisas, llevan muy mal esperar, pero... ¿nos hemos parado a intentar recordar la sensación de esperar 15 minutos cuando teníamos, no sé, 6 años? No sé vosotros, pero a mi los cigarros de mi madre y los cuartos de hora me parecían eternos.
Ahora vamos a pensar cuántas veces hemos oído a gente más mayor que nosotros decir la frase "¡Qué rápido pasa el tiempo!". Muchas, ¿eh? ¿Qué me decís de lo rápido que se os han pasado los dos últimos veranos en comparación con los anteriores? O la Navidad... En mi caso, esta última semana parándome a pensar me he dado cuenta que en comparación con esos "eternos cuartos de hora" ahora puedo esperar media hora sin problema y no me parece TAN desesperante como aquellos 15 minutos.
¿No será que en proporción a lo vivido, media hora a los 23 años no es nada en comparación con 15 minutos a los 6?

Y con esto, me voy a leer un rato antes de dormir, recuperando las viejas costumbres. Ya sabéis, si os toca esperar un par de horas en alguna cola o alguna sala de espera, pensad en proporción de tiempo alcanzado. Si hay que esperar hora y media y ya ha pasado una, pensad, que sólo os queda esperar la mitad de lo que ya habéis esperado. ;D

Be HaPpy PeoPle~!!