martes, 6 de diciembre de 2016

Guerreros en el museo

Buenas tardes y feliz día de la Constitución (la de 1978, que viendo ayer el Intermedio se me cayó el alma a los pies). 

Entre otras cosas, a parte de darnos festivo, los museos desde hace años hacen día de puertas abiertas para que la gente pueda ir a visitarlos. Lo cual es positivo y negativo, positivo porque fomentan que la gente vayan a los museos, negativo porque no ayuda a su mantenimiento y esos días ir a disfrutarlos es casi una odisea. Pero todo sea por fomentar la cultura. Mejor un museo que un centro comercial.

Hoy, en mi caso, me he unido a la visita familiar de la exposición temporal Vikingos en el MARQ, que, personalmente, me ha parecido maravillosa. Puesto que es una civilización de la que conocía más bien poco en cuanto a historia y organización social. Tenía el concepto genérico de civilización guerrera, "los guerreros vikingos" y ya está. 
Tengo que decir que es una exposición muy bien montada como casi todas las temporales que he visto en este museo. Los paneles son muy completos y detallados y todas las salas tienen uno o dos audiovisuales que resumen y muestran gráficamente lo que hay en los paneles. Todas las piezas están, no sólo referidas en las vitrinas, si no explicadas en contexto y uso en los paneles. Cada una de las salas explican un aspecto de la civilización, aunque, quitando la religión y los detalles de vestimenta, hace pocas referencias a la evolución a lo largo de la historia.

En resumen, la exposición muy recomendable. Finaliza en marzo de 2017, no lo dejéis pasar, merece la pena.

Ahora viene la visita. Como día gratis atrae gente que no suele ir a los museos, principal beneficio de este tipo de iniciativas. El museo se ha llenado de familias con niños, un guarda de seguridad iba y venía llamando la atención a niños y padres que se sentaban dónde no debían. Había un par de familias que lo llevaban bien, el único sobresalto ha sido una alarma porque el chaval se ha asomado demasiado para ver un objeto en exposición y ha saltado la alarma. 
El problema ha venido más tarde, cuando han aparecido las familias en que o los padres, interesados en ver la exposición a fondo ignoraban a sus hijos y se pasaban el rato regañándolos para que no molestaran a nadie (a ellos tampoco) y el segundo modelo, que los padres tenían el interés justo y los niños correteaban y jugaban por el museo sin tapujos, luego he visto una familia que sus hijos en cierta medida se interesaban por algunas cosas sólo cuando sus padres les hacían caso. 

En conclusión, a medida que iba pasando el tiempo allí dentro y nos iban adelantando familias con niños me invadía una impotencia y una lástima enormes. Esos niños miraban sin saber que veían, se aburrían allí dentro. Los padres los llevan al museo pensando que es bueno para ellos y se convierte en un castigo que de mayores les llevará a huir de este tipo de lugares.
En toda la exposición no he visto a casi nadie interesarse por explicarle a los niños que iban con ellos lo que iban leyendo o lo que estaban viendo. Llevar a los niños al museo no sirve de nada si no haces que se interesen por lo que están viendo. 
Lástima, además, cuando se desaprovechan las herramientas del propio museo, cuando tu ves un audiovisual, una imagen y les explicas con ese apoyo de imagen lo que has aprendido en ese momento en el texto ellos son receptivos, porque entonces entienden lo que ven en las vitrinas, que vuelves a detallar de nuevo luego con referencias a la vida cotidiana que ellos puedan identificar. Y luego ya, el colofón, que la fundación ONCE hubiera colocado reproducciones de los objetos de las vitrinas para poder tocar. NADIE ha llevado a ningún niño a tocar y aprovechar eso para explicar o comentar NADA. Los niños iban, tocaban y se iban con desinterés.

También he visto faltas de cultura y educación, por parte de adultos, pero eso ya es otro cantar: 
El padre haciendo tocar los cristales de las lámparas de la biblioteca cual sonajero junto a las vitrinas de la exposición sobre los Guaranís me ha hecho apretar los dientes y la mujer que delante de los hijos ha dicho toda seria que los del museo eran tontos porque por aquél entonces no existían los libretos de gusanillo en la zona de la biblioteca, me ha hecho tener que aguantarme la risa.

La biblioteca, es una biblioteca dónde se encuentra parte del fondo del museo para consulta académica. Es una sala visitable con estanterías con puertas de cristal y dos pisos todo de madera color cereza, dentro de la antigua capilla del Hospital Provincial, de estilo neogótico, bastante llamativa y bonita. Se usa ahora mismo como sala de la exposición temporal Uruguay en Guaraní sobre las misiones jesuitas en la zona de Uruguay. Es una exposición pequeña ya que empezaron a investigar sobre ellas hace tan solo 21 años.

Está claro que a parte de promover que la gente vaya a los museos, falta que nos enseñen como aprender, enseñar y comportarnos dentro.

Be HaPpy PeoPle~!!