Hoy es mi segundo día de vacaciones. Ayer cambié el café por la cerveza, la cocacola y los panchitos... no es que no beba cerveza un miércoles o un jueves normal, pero sí bebo café, supongo que es parte de mi rutina, el café de media tarde, cuando estoy cansada tras clase, biblioteca y demás, aunque sea un rito social y de ocio, sigue siendo el café, mi sabor de rutina.
Bueno, y ahora a lo que interesa, a parte de cambiar café por otras bebidas menos estresantes, me he decidido a abrir un blog, éste blog.
Bien es sabido que si durmiéramos lo que es debido para tener una vida hipotéticamente saludable, pasaríamos/pasamos una tercera parte de nuestra vida durmiendo. Hay gente que piensa que es una gran pérdida de tiempo de la que la humanidad peca al tenerlo como una necesidad, otra gente - entre la que me incluyo - le encanta dormir, y aunque se pueda llegar a considerar una pérdida de tiempo, se debe considerar, también, que de el tiempo que en ella se pase, sea poco, demasiado o justo, dependerá el rendimiento y el humor del individuo al día siguiente, sea lo que sea lo que sea que haga. Pero no es de eso de lo que quiero hablar.
Si una tercera parte la pasamos durmiendo como humanos que somos... dentro de esa humanidad, el porcentaje de gente que no tenemos carnet de coche, moto ni camión, pasamos otro tercio del tiempo restante subidos en autobús o un metro. En ellos, oimos, vemos, conocemos, recordamos y aprendemos sobre la gente. Después de pasarme dos años subiendo entre dos y cuatro veces diarias a un autobús, me he dado cuenta de que hay demasiadas anécdotas en el transporte público, que no deben ser pasadas por alto. Aquí os contaré o me quejaré de algunas de ellas.
Feliz Viaje!!^^
No hay comentarios:
Publicar un comentario